Mis padres decidieron que ingresara como ahorrador menor; solían darme $10 por semana que llevaba a la ventanilla, donde con mi corta estatura apenas alcanzaba a echar la moneda y recibir mi tarjeta de vuelta, sin saber que mi mundo se hacía grande.

En 2005, comenzaron mis ahorros formales donde con seriedad tomé la responsabilidad de administrar mis ingresos y egresos. Lo más importante que me ha dejado la Caja, más allá de lo material son valores como compromiso, tenacidad y constancia para alcanzar más proyectos de vida.

Hoy quiero compartir con ustedes que la palabra juventud no necesariamente va asociada con irresponsabilidad puesto que como yo hay muchos que han crecido y forjado un futuro cimentado gracias a esta Cooperativa de ahorro y préstamo. Invertí para comprar mis libros año tras año, encontrar mi primer empleo, me casé, amueblé mi nuevo hogar, lo amplié, hice inversión de negocio y actualmente ahorro para los estudios de mis hijas y gastos de improviso.

Estoy orgullosa de pertenecer a la Colonia México Nuevo y, a esta honorable Cooperativa, la cual ha ayudado de generación en generación a muchas familias, construyendo hogares, formando profesionistas, haciendo crecer los pequeños negocios; por una vida digna y mejor.